jueves, 12 de enero de 2012

Leyendas sobre el monte Pindo

Se cree que el monte lleva este nombre gracias a una colonia de comerciantes griegos asentados en la zona. A ellos les recordaba a su Grecia natal, de ahí que le pusieran el nombre de Pindo, una cordillera del norte de Grecia de más de 150 kilómetros. Este nombre se ha mantenido a través de los siglos, adaptándose cada vez más a lengua local.

Los cronistas romanos que acompañaron a las legiones en su colonización por la Península Ibérica, comentaban en sus escritos la heroicidad de los rebeldes que vivían en la zona del monte. Se refugiaban en el Monte Medulio, que según los historiadores creen que es el actual Monte Pindo. Los romanos no paraban de hablar de esta zona, ya creyendo que estaba llena de magia y que por eso no podían conquistarla.

La glaciación provocó la formación de enormes rocas de granito en el monte, con la consiguiente erosión producida por la desaparición de los hielos. Durante siglos, la imaginación humana ha visto en estas piedras figuras de animales, rostros humanos y monstruos. Algunas de ellas llevan incluso nombre, como la Nariz o el Guerrero.

Tanta leyenda y magia suscitaba este monte, que se le conoce como el Olimpo Celta. Según cuenta otra de las leyendas, fueron los celtas los que esculpieron estas piedras para rendir un homenaje a sus dioses. Otras leyendas cuentan que los celtas usaban estas piedras como camas de la fertilidad. Allí tumbaban a las mujeres infértiles, con la esperanza de que dieran a luz. El Monte Pindo también alberga las ruinas de un castillo del siglo X, y una torre de vigilancia que se usaba para repeler el ataque de los vikingos. En el siglo XV el castillo fue destruido por el levantamiento de los campesinos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario